Mucho terror y carcajadas fue lo que provocó El circo de los horrores en la primera noche de su “Cabaret maldito”, espectáculo con el que la compañía española da por terminada su trilogía iniciada por “El Origen” y conectada con “El manicomio”, montajes escénicos que combinan ingeniosamente las acrobacias, el circo tradicional y la picardía teatral, bajo la dirección de Suso Silva.
La noche del jueves, el “Cabaret Maldito” estrenó la primera de tres fechas que ofrecen en Guadalajara (hoy viernes y sábado también) ante un Teatro Diana llenó que durante poco más de dos horas disfrutó de un humor bastante ácido e irreverente de la mano de “Lucifer”, el responsable de reunir a los seres más terroríficos e icónicos de la literatura y el cine de horror que, por décadas, han sido juzgados por su físicos y características mentales.
Con exactitud, “El cabaret maldito” dio inicio a su noche de estreno en punto de las 20:30 horas, invitando al público a desprenderse de etiquetas y prejuicios para analizar lo que realmente significa ir al infierno, si es verdad que toda persona tiene un precio o qué estaría dispuesta a ofrecer con tal de tener por un momento toda la fama y poder del mundo.
El circo de los horrores, que se ha distinguido por ser un espectáculo que rompe con la cuarta pared, no hizo excepción con el público tapatío que sin tapujos accedió a las bromas y chistes que se derramaron abordando la doble moral, la forma de vivir la sexualidad, los tabúes y hasta el contexto político que vive el país actualmente.
Más allá del humor negro y plagado de sensualidad que prevaleció a lo largo del show, la audiencia no reparó en aplaudir con frenesí cada uno de los actos acróbatas que los 27 artistas en escena ofrecieron dejando en claro que cuando se trata de retar a la elasticidad y fortaleza del cuerpo no hay imposibles.
Así los actos de los cuchillos, los patines y los giros, las contorsiones, el pole fitness y la acrobacia área fungieron como protagonistas dejando atónitos a los espectadores que, de paso, también disfrutaron de actos musicales y bailables con una escenografía resaltada por la iluminación rojiza.
